domingo, 3 de julio de 2011

Ebony

Ebony se tumbó en la cama, las lágrimas recorrían sus mejillas, suavemente, se abrazó a si misma, se regalo caricias pensando que eran sus manos las que le abrazaban y acariciaban, le echaba mucho de menos. Miró al cielo, deseando que el mirara ese mismo cielo, esa misma luna, las estrellas danzando en el firmamento infinito... ¿Pensaria en ella? Le consolaba pensar que si, aunque una espina clavada en el corazón le decía que no... ¿Por qué todo tenia que ser tan difícil?
Se abrazó a su almohada, recordando su cuerpo, deseando que fuera el quien compartiera sus sabanas aquella noche... y siempre. Y como desearía poder tenerle al lado para decirle todo esto susurrándole al oído, aunque la respuesta fuera dolorosa, pero ella estaba acostumbrada al dolor, no le importaba un rechazo, había aprendido a controlar sus miedos, pero esta vez era diferente.
Quiso dejar de llorar, pero su alma estaba rota, las lágrimas caían incontroladas por sus mejillas, dejando regleros de dolor, llenos de aguas, y volvió a mirar al cielo, pensando en el.
Sabia que era absurdo, pero su vida se regia por lo absurdo, sabia que no debía, pero, entonces, ¿Por qué lo hacia? Su mente se llenó de preguntas, preguntas que no sabia o no podía contestarse. Quería poder chillar, salir, gritar al mundo... algo, no sabia el que, pero algo, correr, cualquier cosa.
La tierra sintió su dolor una suave lluvia empezó a bañar los asfaltos de las calles, Ebony se puso un vestido negro, sencillo, y salió al encuentro de su amada tierra, a buscar respuestas inexistentes, se fue al lugar donde ella pensaba, un sitio alto, aislado... Allí volvió a mirar el cielo, y la lluvia mojó su cara, camuflando sus lágrimas, y volvió a pensar en todo, todo lo que le rodeaba, todo lo que sentía, todo lo que vivía, todo por lo que vivía...
Miro las estrellas, pensando en el, aunque sabia que el no pensaba en ella.

"Cuando el alma queda herida en soledad, es cuando aprendes que tener a alguien a quién amas, es un regalo que debes cuidar y mimar. Azaak nunca se recuperó de aquella matanza.
Cuando aquella noche me dijo que la ayudara a huir, todos mis miedos y mis dudas desaparecieron. Amar a alguien es comprometerse, es pensar en tres: tú, yo y nosotros.
había encontrado el amor y no quería dejarlo escapar ¡Claro que la ayudaría!, incluso me iría con ella, pues si ella se va, yo volvería a encerrarme en vida"

Mägo de Oz.

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