martes, 17 de enero de 2012

Otra vez.

Azaak estaba anegada en lágrimas, otra vez le habían vuelto a fallar, y es que la culpa era suya, por confiar en la gente, ahora se veía sola, sola rodeada de un montón de gente que le decían tender sus manos, pero no estaban, no estaban cuando ella realmente los necesitaba.
Sus temores se incrementaron, lo peor que le podía pasar le estaba sucediendo, lo que tanto había temida se perpetuaba delante de sus ojos, se hacia realidad, lentamente, marcándola a hierro, con total desazón.
No podía mas, no podía seguir así, tomó una decisión, ¿De que servía esa existencia? No valía la pena.
Esa noche, Azaak murió, y aquellos que le negaron su ayuda, lloran falsas lágrimas entorno su cuerpo inerte.