sábado, 25 de junio de 2011

Elise

Elise se tumbó en la cama, sollozando, no lloraba agua, lloraba puro dolor, era marioneta sin marionetista, cuerpo sin alma, sencillamente un cuerpo, quizás demasiado bueno para lo que le podría gustar, un cuerpo...
Recordó momentos, risas, lágrimas de felicidad, sencillamente había sido perfecto, o a ella se lo había parecido, no había nada de perfección ahora, todo era dolor...
Se pregunto que iba a hacer, que podía hacer, nada, nada absolutamente al alcance de su mano, simplemente rendirse, no había otra opción, o sufría luchando o sufría rindiéndose, y ella se canso de luchar.
Y ahora que quedaba de ella, restos de amor defraudado, restos de sueños e ilusiones, restos de la vida que podía haber vivido, pobre ilusa, confió en que el destino estaría a su favor, olvidando que el destino era su peor enemigo.
Se miró al espejo, unos ojos tristes le devolvieron la mirada, simplemente, no había nada en ellos, oscura, profunda tristeza, ni rastro de alegría, ni de ilusión, tansolo oscuridad.


Elise se miro al espejo y simplemente vio lo que veían los demás, un cuerpo sin alma.

viernes, 24 de junio de 2011

Desnudos.

Y tus manos recorrieron mi espalda desnuda, acariciando cada centímetro de mi columna con tus dedos, jugando con mi piel. Posaste tus labios sobre ella, unos labios cálidos, dulces, que me recorrían a besos, que me susurraban caricias y besaban cada milímetro de mi piel. Tus besos subieron por mi nuca, el cuello, llegaron a mis labios y me miraste, con esa mirada profunda, llena de ternura, llena de cariño, pero a la vez rebosante de pasión, tus manos acariciaban mi cadera mientras nos seguíamos mirando fijamente, como si el mundo empezara en ti y acabara en mi, no había nada alrededor, no había nadie, el único sonido que se percibía eran los latidos de tu corazón y tu respiración, pausada, tranquila.
Sonreíste, sonreíste de esa manera que me hace perder el sentido, mi cuerpo tembló y se me erizó la piel, el placer de tu tacto... Placer indescriptible corría por mis venas, no quería que ese momento acabara, jamás... Tu sonrisa cambió, la sonrisa dulce pasó a ser pícara y una mirada penetrante, no me dejaste reaccionar, tus labios encontraron los mios, en un vals interminable donde la razón había sucumbido ante la pasión, la mas tierna lujuria se apoderó de nosotros, muestras manos volaban por nuestros cuerpos desnudos, los besos se perdían en el aire, las palabras quedaban suspendidas en el ambiente totalmente frenético de nuestros cuerpos, moviéndose acompasadamente al ritmo de una música desconocida, caricias fugaces, besos fugaces movimientos fugaces y luego oscuridad...
Y tus manos recorrieron mi espalda desnuda...

Azaak